¿Qué relación hay entre tu microbiota y tu glucosa?
La microbiota son los billones de bacterias que viven en tu intestino y actúan como un segundo cerebro metabólico. La glucosa es el azúcar que circula en tu sangre y que tu cuerpo usa como energía. Cuando estas bacterias están desequilibradas, tu cuerpo pierde la capacidad de mantener niveles estables de glucosa, creando esos antojos incontrolables y picos de energía.
Cuando tu microbiota (bacterias intestinales) está alterada (disbiosis), los carbohidratos que comes no se procesan correctamente. En lugar de mantener tu glucosa (azúcar en sangre) estable y convertirse en energía constante, se almacenan directamente como grasa, especialmente en el abdomen. Es por eso que puedes comer poco y aún así sentir que no bajas de peso.
Una microbiota desequilibrada permite que toxinas entren a tu sangre, creando una inflamación constante que tu cuerpo no puede apagar. Esta inflamación silenciosa interfiere con el control de tu glucosa, contribuyendo a la resistencia a la insulina: tu cuerpo se resiste a quemar grasa y acumula peso, sin importar cuánto te esfuerces.
Tu microbiota produce hormonas que controlan si sientes hambre o saciedad y cómo tu cuerpo maneja la glucosa. Cuando está alterada, estas hormonas funcionan mal: nunca te sientes satisfecha, siempre tienes antojos de azúcar y tu cuerpo cree que necesita almacenar grasa "por si acaso".
Equilibrar tu microbiota no solo mejora tu digestión, sino que reprograma tu metabolismo para que mantenga tu glucosa estable, procese los carbohidratos como energía en lugar de grasa, y controle naturalmente tus antojos y niveles de azúcar.