¿Por qué hay alimentos que me sientan bien unos días y otros no?

Escrito por Marta Franco
¿Por qué hay alimentos que me sientan bien unos días y otros no?

Es algo que pasa mucho: un día comes algo y te sienta perfecto… y al siguiente ese mismo plato te hincha o te deja con el estómago revuelto. No es una intolerancia repentina ni un fallo de tu cuerpo. Es una respuesta natural del cuerpo cuando está más estresado, tenso o saturado.

Tu digestión no depende solo de lo que comes, sino también de cómo estás tú. Tu microbiota, tu sistema nervioso y tu nervio vago —el puente directo entre intestino y cerebro— reaccionan cada día a factores distintos como el estrés, el descanso, el nivel de energía o las emociones. Por eso hay días en las que lo toleras todo y otras en las que parece que “cualquier cosa” te inflama.

1. El estrés convierte digestiones normales en digestiones difíciles

La digestión es una función que necesita calma. Cuando estás tranquila, tu cuerpo activa el sistema parasimpático, el responsable de una digestión fluida. Pero cuando entras en modo alerta —ya sea por prisa, trabajo acumulado, preocupaciones o exceso de estímulos— el organismo desvía la energía a la supervivencia y la digestión pasa a un segundo plano. La motilidad intestinal se vuelve más lenta, la fermentación aumenta y alimentos que normalmente toleras —como pasta, verduras o legumbres— pueden sentarte mal sin que realmente hayan cambiado. No es el alimento en sí: es el impacto del estrés sobre tu fisiología.

Por ejemplo, puedes cenar una crema de calabaza sin problema un día, pero si al siguiente llegas con más tensión o peor descanso, ese mismo plato puede dejarte con hinchazón o sensación de plenitud rápida.

2. El nervio vago: el puente que conecta tus emociones con tu estómago

El nervio vago conecta tu cerebro con tu sistema digestivo. Cuando estás relajada, esta conexión favorece la motilidad intestinal, reduce la inflamación y ayuda a que el estómago funcione con ritmo. Pero cuando vives tensión mental o emocional, el nervio vago entra en “modo freno”. La digestión se vuelve lenta, irregular o más reactiva.

Este bloqueo explica por qué:

  • un café en ayunas a veces te sienta genial y otras te deja un nudo en el estómago
  • un plato de verduras salteadas puede inflamarte en días de estrés acumulado,
  • incluso algo suave puede sentarte mal si llegas a la comida acelerado.

3. Una microbiota sensible reacciona diferente a los alimentos

Tu microbiota responde a tus ritmos: cómo duermes, si has comido con prisa, si vienes de días más intensos o si estás emocionalmente más sensible. Cuando está desequilibrada, su capacidad de descomponer fibras y digerir ciertos alimentos disminuye, produciendo más gases, más inflamación y más reactividad.

Tu tolerancia digestiva no es fija: cambia según cómo está tu microbiota cada día.

4. No es el alimento: es tu estado interno

La mayoría de “intolerancias puntuales” tienen más que ver con tu estado fisiológico y emocional que con la comida en sí. Tu digestión puede reaccionar peor cuando:

  • has dormido poco
  • estás más sensible o sobreestimulado
  • has comido con prisa
  • vienes de días con comidas más densas
  • tu sistema nervioso está “cargado”.

Tu digestión responde a todo eso. Es un reflejo de cómo está tu cuerpo, no una lista de alimentos “buenos o malos”.

5. Qué hacer cuando sientes que “todo te sienta peor”

Haz 2–3 respiraciones lentas antes de empezar a comer.
Le das a tu sistema nervioso una señal de calma y preparas al intestino para digerir mejor.

Come más despacio y mastica bien.
Ayuda a reducir la presión digestiva y evita esa sensación de plenitud rápida que aparece cuando el cuerpo está tenso.

Opta por comidas templadas y de digestión suave.
Crema de verduras, arroz, calabacín o pescado blanco suelen sentar mejor cuando el intestino está más reactivo.

Evita platos muy densos o mezclas pesadas.
No es restricción; es darle un respiro a tu digestión mientras tu sistema nervioso se regula.

Camina unos minutos después de comer.
Un paseo corto mejora la motilidad y ayuda a aliviar hinchazón o pesadez.

Si el día ha sido intenso, elige una comida sencilla.
Cuando vienes acelerada, un plato templado y simple suele sentar mejor que algo frío, crudo o muy cargado.

Apoyo Andala para días en los que tu digestión depende del estrés

Si notas que tu digestión cambia según tu ritmo, tu descanso o tu estado emocional, el Kit Desinflama y Calma puede ser un apoyo muy útil para esos días en los que todo te sienta un poco peor.

  • DeBloat acompaña la hinchazón, la digestión lenta y la sensación de presión abdominal cuando el intestino está más sensible.
  • Cortisol Calm trabaja desde el sistema nervioso, ayudando a modular el estrés y facilitando que el nervio vago vuelva a enviar una señal más estable al intestino.

https://andala.life/products/kit-desinflama-y-calma

Es un apoyo que no tapa síntomas: acompaña a tu cuerpo a recuperar su ritmo natural.

Conclusión

Si un alimento te sienta bien un día y mal otro, no es casualidad. Es tu estado emocional, tu nivel de estrés, tu ritmo y tu microbiota respondiendo a cómo estás. Cuando le das a tu cuerpo más calma, tus digestiones también lo sienten.

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