Microbiota y defensas: por qué en invierno tu digestión también se resiente
Cuando llega el frío no solo cambian tus rutinas: también lo hace tu equilibrio digestivo. En invierno solemos comer distinto, movernos menos, dormir peor y exponernos menos a la luz solar. Todo esto afecta directamente a tu microbiota intestinal y, con ello, a tus defensas naturales.
La evidencia científica estima que alrededor del 70% del sistema inmunitario se encuentra en el intestino, por lo que cualquier desequilibrio en la microbiota impacta de forma directa tu capacidad defensiva.
1. Cómo afecta el invierno a tu digestión y tus defensas
- La falta de luz solar reduce los niveles de vitamina D, esencial para la función inmunitaria.
- El menor movimiento ralentiza el tránsito intestinal y puede disminuir la diversidad microbiana.
- El aumento del estrés y el peor descanso elevan el cortisol, alterando la composición de la microbiota.
- Las comidas más pesadas provocan más fermentación y digestiones más lentas.
La diversidad de la microbiota puede disminuir hasta un 30% en invierno, especialmente si la alimentación es menos variada o hay menos actividad física.
Resultado habitual: digestiones más lentas, hinchazón, energía baja y defensas más vulnerables.
2. Señales de que tu microbiota está notando el frío
- Hinchazón o gases
- Digestiones más lentas
- Resfriados más frecuentes
- Sensación de energía baja
Cuando la microbiota pierde diversidad, el cuerpo responde con más inflamación, peor digestión y una bajada de defensas.
3. Qué puedes hacer para reforzar tu microbiota en invierno
Pequeños cambios tienen un efecto enorme en la salud digestiva, especialmente en esta época.
1) Toma más fibra prebiótica
La fibra alimenta a tus bacterias beneficiosas. Se estima que una dieta rica en fibra puede aumentar la diversidad bacteriana un 10–20%. Inclúyela con avena, plátano, alcachofa, cebolla, puerro y legumbres.
2) Añade alimentos fermentados
Kéfir, yogur, kombucha o chucrut aportan microorganismos vivos. Su consumo regular se asocia con una mejor estabilidad del sistema inmune.
3) Muévete cada día
El movimiento suave mejora el tránsito intestinal y reduce la inflamación. Caminar 10–15 minutos después de comer puede mejorar hasta un 30% la respuesta glucémica, favoreciendo un entorno más estable para la microbiota.
4) Prioriza el descanso
Dormir poco altera la microbiota: la falta de sueño puede reducir hasta un 20% ciertas bacterias beneficiosas, afectando tanto la digestión como la inmunidad.
5) Hidrátate (aunque no tengas sed)
Con el frío bebemos menos, pero el intestino necesita agua para funcionar correctamente y mantener el tránsito activo.
4. DeBloat: apoyo digestivo para equilibrar microbiota y defensas
En invierno, el cuerpo funciona más lento… y el intestino lo nota. DeBloat es un apoyo eficaz para fortalecer la microbiota y aliviar la sensación de pesadez o hinchazón.
Su fórmula combina:
- Probióticos Synbio®, que ayudan a reequilibrar la microbiota.
- Enzimas digestivas DigeZyme®, que facilitan la digestión y reducen fermentaciones.
- Extractos naturales como cúrcuma, manzanilla, hinojo y menta, que calman el sistema digestivo.
Beneficios clave durante el invierno:
- ✔️ Menos hinchazón
- ✔️ Digestiones más ligeras
- ✔️ Microbiota más equilibrada
- ✔️ Defensas naturales más fuertes
DeBloat es especialmente útil cuando las rutinas cambian, las comidas son más densas y el descanso es más irregular.
5. Tu digestión también tiene estaciones
El invierno no tiene por qué sentirse pesado. Cuidar tu microbiota —a través de hábitos, descanso y apoyo digestivo— puede ayudarte a mantener tus defensas en buen estado y a sentirte con más energía durante toda la temporada.
Cuida tu digestión y tus defensas desde dentro. Tu microbiota te lo agradecerá.